Las normas recientes para los perros empleados en vigilancia privada en Colombia, establecidas por la Ley Lorenzo (Ley 2454 de 2025) y supervisadas por la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada, introducen cambios importantes para mejorar el bienestar animal.
Estas medidas buscan garantizar condiciones dignas para los animales, reduciendo su sobrecarga física y mental, y previenen prácticas que presuntamente pueden llevar al abuso de los animales en esta actividad.
Al respecto habló José Alexander Estepa Becerra, coordinador de Investigaciones de la especialización de Bienestar Animal y Etología de UNIAGRARIA, quien expresó que la legislación avanza hacia un uso más humano, responsable y controlado de los perros en seguridad privada, con potencial para integrar tecnologías que eventualmente reemplacen algunas de estas funciones, y refuerza el compromiso de la vigilancia privada con el bienestar animal en Colombia.
Una jornada controlada y garantías en atención a la salud
Entre los cambios que trae la Ley Lorenzo (Ley 2454 de 2025) se encuentran:
- Restringir la jornada laboral de los perros a un máximo de 6 horas diarias para labores de detección de sustancias y hasta 8 horas para actividades de defensa o patrullaje.
- Prohibir el uso de castigos físicos o psicológicos durante el adiestramiento, optando únicamente por técnicas de refuerzo positivo.
- Llevar control de las horas de trabajo, certificados anuales de salud y entrenamiento y cumplimiento de protocolos de bioseguridad.
- Adquirir pólizas de responsabilidad civil y mantener convenios con clínicas veterinarias que brinden atención continua.
- Facilitar inspecciones, tanto periódicas como imprevistas, por parte de la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada.
La norma fomenta la profesionalización y una mejor relación con los perros vigilantes.
Para José Alexander Estepa Becerra, coordinador de Investigaciones de la especialización de Bienestar Animal y Etología de UNIAGRARIA, esta “regulación asegura el bienestar de los perros sin comprometer la seguridad de los lugares donde laboran para ello las empresas deben avanzar hacia la apropiación del concepto de calidad de vida y bienestar animal, reconociendo que los animales son seres que sienten con capacidad de experimentar y expresar emociones y sentimientos, como placer, dolor, miedo, alegría, tristeza y empatía”.
Sanciones por incumplimiento
Las nuevas reglas no solo regulan aspectos cotidianos, sino también multa a las empresas que incumplan con las indicaciones. Entre las sanciones están:
- Multas desde 5 hasta 100 salarios mínimos legales mensuales, aproximadamente equivale entre 6.5 y 130 millones de pesos colombianos por infracción.
- Suspensión temporal o revocación definitiva de la licencia de funcionamiento.
- Acciones administrativas y posibles procesos legales o penales en casos de maltrato grave o negligencia hacia los perros.
El incumplimiento puede conllevar, además, a consecuencias legales, económicas y operativas para las empresas.
Esta norma, al establecer límites a la jornada laboral de los caninos, garantiza que estos tengan suficientes descansos, evitando el agotamiento y manteniendo su capacidad operativa.