Sacha inchi

Aceite gourmet de Sacha Inchi: emprendimiento sostenible desde los Montes de María

En el sur de Bolívar, la planta amazónica Sacha Inchi está revolucionando el desarrollo rural a través de un modelo productivo sostenible. De sus semillas se extrae un aceite gourmet rico en Omega 3, 6 y 9, antioxidantes y proteínas vegetales, cada vez más valorado por consumidores que buscan alimentos funcionales y responsables con el territorio.

Este emprendimiento, liderado por Carlos Andrés Palacio Lopera, es un modelo productivo basado en energías renovables y ciclos de cultivo respetuosos con la biodiversidad que demuestra que es posible crear valor sin dañar el entorno. De la semilla se extrae un aceite gourmet rico en omegas y proteínas, reconocido en Francia como el mejor de su categoría, y además se producen proteínas vegetales en polvo, barras energéticas y cosméticos naturales. Todo el proceso sigue prácticas limpias y una visión circular de negocio.

“Aquí sembramos con respeto, con saber campesino y con ciencia. Nuestro aceite ha sido reconocido tres veces en Francia como el mejor aceite gourmet”, destaca Palacio.

También se transforma en productos de alto valor agregado como aceites gourmet, proteínas vegetales en polvo, barras energéticas y cosméticos naturales. Todo el proceso se realiza con prácticas limpias, energías renovables y una visión circular del negocio.

El proyecto también aborda desafíos sociales fundamentales, como el relevo generacional y la búsqueda de alternativas a las economías ilícitas: la edad promedio en su red productiva es de apenas 22 años. “Con energías limpias y prácticas agroecológicas, demostramos que la juventud rural puede generar desarrollo sostenible sin recurrir a actividades ilegales”, explica el emprendedor, quien añade que emplean paneles solares, evitan los monocultivos y respetan los ciclos naturales.

Su evolución ha contado con el acompañamiento de la Universidad Ean, a través de iniciativas como Ean Impacta y Reto Ean: Buena Onda, en alianza con la Fundación Nutresa. “El respaldo de la Universidad Ean ha sido valioso. No desde la teoría, sino desde la escucha activa, desde el compartir saberes para escalar lo que ya hacíamos en comunidad”, reconoce Palacio.

Más que una fábrica de productos, este emprendimiento representa una comunidad que construye desde el arraigo y la innovación. “No somos una fábrica de productos, somos una comunidad que cree en el campo y en lo que el campo puede enseñarle al mundo”, concluye.

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