Muertos sin sepultura Crédito Alejandro Martínez

El Teatro Libre estrena muertos sin sepultura

La obra mas cruda y humana de Jean – Paul Sartre

  • Versionada y dirigida por Diego Barragán. Este 10 de octubre el Teatro Libre estrena “Muertos sin sepultura” la obra más cruda y humana de Jean-Paul Sartre, escrita en 1944, llega por primera vez a escena a la sede Centro del Teatro Libre. Funciones: viernes a las 8:00 p.m. y sábados a las 5:00 y 8:00 p.m.

Desde 2020, Diego Barragán se desempeña como director artístico del Teatro Libre. Bajo su dirección, ha llevado a escena más de cuatro producciones que hoy forman parte del repertorio de la Fundación, entre ellas: Las Picardías de Scapin, Ascuas y azufre, Arturo Ui y Colombian Psycho. Además, realizó las adaptaciones de Hamlet y Tartufo, ambas dirigidas por Ricardo Camacho.

“Muertos sin sepultura” de Jean-Paul Sartre, una puesta en escena que sacude, incomoda y obliga a pensar.

El teatro se convierte en campo de batalla moral con Muertos sin sepultura, la provocadora obra de Jean-Paul Sartre que llega al escenario de la sede Centro para confrontar al espectador con los dilemas más oscuros de la condición humana. Ambientada en la Francia ocupada por los nazis, la pieza retrata el encierro de cinco miembros de la Resistencia capturados por la milicia colaboracionista. Lo que sigue no es una historia de héroes y villanos, sino un desgarrador enfrentamiento ético donde la palabra es arma, y el silencio, condena.

Fiel a su pensamiento existencialista, Sartre no ofrece consuelo ni respuestas fáciles. Cada personaje —desde los combatientes hasta los torturadores— está atravesado por la culpa, la responsabilidad y el miedo. La obra transcurre a mediados de 1944, en el ocaso de la ocupación nazi, cuando la derrota se avecina y los juicios morales se tornan ineludibles.

En palabras de su director…

Quise asumir el reto de llevar “Muertos sin sepultura” al escenario porque es una obra que exige del actor y del espectador. Sartre convierte el teatro en un espacio de confrontación filosófica, donde cada diálogo es una batalla de ideas. Esta puesta en escena busca realismo y, aunque incluye algunos momentos de acción, concentra gran parte de su fuerza en la palabra, la música y la interpretación.

Hablar de Sartre no es sencillo: es uno de los intelectuales más importantes del siglo XX. Reconocido filósofo, dramaturgo y ensayista, es —aunque me incomode el término— considerado el “padre” del existencialismo, una de las figuras más influyentes del siglo pasado. Incluso llegó a rechazar el Premio Nobel, gesto que revela la complejidad y radicalidad de su pensamiento.

Para muchos es un autor polémico, incluso incómodo, pero encontró en el teatro, al igual que lo hicieron otros grandes filósofos, un medio privilegiado para plasmar sus ideas. “Muertos sin sepultura” es un lugar escénico en el que Sartre plantea su visión sobre la responsabilidad del ser humano frente a sus actos, su postura en la sociedad y las consecuencias inevitables que derivan de sus decisiones.

La obra evita toda idealización de la lucha contra el fascismo. En cambio, retrata con crudeza la violencia extrema que definió a la Resistencia: sabotajes, ejecuciones, actos de venganza. Uno de los pasajes más conmovedores expone un dilema moral desgarrador: ¿es legítimo sacrificar a uno de los compañeros más vulnerables por el bien de la causa? La pregunta que atraviesa el relato es inquietante: ¿hasta qué punto puede justificarse el sacrificio en nombre de una causa “justa”?

La acción se desarrolla en espacios cerrados. Cada personaje está delineado con precisión: el nervioso, la firme, el optimista, el torturador sádico, el líder derrotado. La música acentúa el desasosiego, y la dirección apuesta por una estética cruda, sin adornos, que insta a mirar de frente la violencia.

Aunque situada en la Segunda Guerra Mundial, “Muertos sin sepultura” resuena con fuerza en nuestro presente. La polarización política, la fragilidad de los derechos humanos y la radicalización ideológica hacen que los dilemas de Sartre sean más actuales que nunca.

Esta obra, definitivamente, no busca entretener: busca incomodar, provocar, sacudir. Es una obra necesaria en tiempos de confusión moral, una invitación a reflexionar sobre lo que significa actuar, resistir y asumir las consecuencias. 

Sartre denuncia la tortura, medita sobre la dignidad humana y confronta al espectador con la pregunta más incómoda de todas: ante esta situación… ¿qué haría usted?

Boletería: https://teatrolibre.com/programacion/muertos/ 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *